sábado, 14 de mayo de 2011

FELIZ DIA DE LAS ENFERMERAS

Cada doce de mayo se celebra en todo el planeta el Día Internacional de las Enfermeras, en homenaje a Florence Nightingale, nacida un día como este, y considerada ejemplo de abnegación, madre de la enfermería moderna y fundadora de la primera escuela de enfermería del mundo.

Con motivo de tan importante efeméride, la UNELLEZ, hace extensivas las palabras de reconocimientos al personal de enfermeras está adscrito a los Servicios Médicos. En el Vicerrectorado de San Carlos, desempeñan la loable labor la Lcda. en Enfermería Ana Rojas, acompañada en su misión por María Eugenia Matute (en la gráfica). Vaya hasta ellas las reiteradas felicitaciones por parte del Vicerrector profesor Alberto Villavicencio y la comunidad unellista y extrauniversitaria.

Origen de la efeméride
En 1820 durante un viaje a Italia que realizaban sus padres, de procedencia inglesa, nació esta niña a la que nombraron Florencia, por la ciudad en la que vio la luz primera, y Nightingale, que significa ruiseñor.

Con el decursar de los años creció y se educó en Inglaterra con notables conocimientos en literatura, música, matemáticas, dibujo, arte y manualidades, y lo único que se esperaba de ella era un buen matrimonio y entera dedicación a su casa y su familia. Sin embargo, muy pronto brotó en Florence su vocación humanista.

Cuando contaba apenas 17 años, empezó a visitar las viviendas de personas pobres y enfermas tratando de apoyarlas y mitigar sus penas, conducta no bien vista por sus padres, ya que la joven prefería conversar con los desprotegidos que acudir a fiestas y reuniones de sociedad.

Años más tarde intentó trabajar como enfermera, pero su familia se opuso en reiteradas ocasiones; esta profesión se asociaba con las mujeres de clase trabajadora. Florence fue rechazando uno tras otro a sus pretendientes, hasta que logró convencer a sus progenitores de que no iba a cejar en su vocación por la enfermería. Su padre, casado entonces con otra mujer, la inscribió en los mejores colegios de Inglaterra y otros países, así estudió en el Instituto de San Vicente de Paúl en Alejandría, Egipto y después en el Instituto para Diaconisas Protestantes de Kaiserswerth, Alemania.

La dama de la lámpara
El aire de leyenda que acompaña la figura de Florence Nightingale comenzó a raíz del estallido de la guerra franco rusa, en Crimea, en el año 1854. Tras escuchar noticias acerca de las deficientes condiciones sanitarias que imperaban en el Hospital de Üsküdar, ella envió una carta al secretario de guerra británico ofreciendo sus servicios como voluntaria. Al recibir una respuesta afirmativa, emprendió el viaje acompañada de 38 enfermeras voluntarias que había reclutado y se presentó en los campos de batalla: era la primera vez que se permitía la entrada de personal femenino en el ejército británico. Ya en Crimea se pudo constatar el deplorable estado en el que se encontraban los soldados hospitalizados: catres amontonados, escasa limpieza, mala comida y apenas medicinas.

Surgió entonces la leyenda de “La Dama de la lámpara” o “El ángel de los tullidos” pues Florence, acompañada por una lámpara y por un búho domesticado en el bolsillo, solía realizar interminables rondas nocturnas entre los heridos curándolos y brindándoles ánimo.

El siguiente poema de Longfellow condensa la historia casi legendaria de esta mujer que forma parte de los anales registrados en los servicios a la humanidad. Semejaba un ángel de misericordia cuya sola presencia llevaba la felicidad a muchos miles de hombres desdichados; y la luz que en las angustiosas horas de las noches proyectaba esta incansable mujer, un radiante milagro. Su trabajo, impuesto voluntariamente, no conocía el reposo. Los soldados besaban su sombra, cuando ella pasaba.


"Los heridos en la batalla, en lúgubres hospitales de dolor; los tristes corredores, los fríos suelos de piedra. ¡Mirad! En aquella casa de aflicción Veo una dama con una lámpara. Pasa a través de las vacilantes tinieblas y se desliza de sala en sala. Y lentamente, como en un sueño de felicidad, el mudo paciente se vuelve a besar su sombra, cuando se proyecta en las obscuras paredes."

A pesar de ser pocas enfermeras el grupo llegó a atender a más de cinco mil heridos. El arribo femenino realmente no fue bien visto por los cirujanos que estaban en el lugar, mas la joven Florence impávida, trabajó sin descanso para mejorar las condiciones del hospital y el cuidado a los soldados. Los cambios que ella introdujo revolucionaron los cuidados médicos militares de Inglaterra, incrementaron los estándares de sanidad y nutrición, y bajaron drásticamente los índices de mortalidad contribuyendo a corregir las condiciones higiénicas en general.

Florence vivió noventa años
Mientras visitaba los frentes de batalla, ella enfermó y nunca más logró recuperarse. Inválida por el resto de su vida, Nightingale continúo ejerciendo una fuerte influencia en el entrenamiento y perfeccionamiento del cuidado a enfermos.

En 1859 ayudó a crear la primera Asociación de enfermería, y publicó Notas de Hospital y Notas sobre enfermería, que tuvo varias ediciones; en 1860 fundó en Londres una escuela de enfermería que se convirtió en un centro modelo de entrenamiento.

Fue la primera mujer en recibir la Orden al Mérito en Inglaterra. En 1907 durante la Conferencia Internacional de las Sociedades de Cruz Roja se catalogó como pionera de ese Movimiento. Aún postrada en cama en los últimos tiempos, ciega y con pérdida de otras facultades, su habitación de enferma era centro de un torbellino de actividades: entrevistas, dictado de notas y de cartas, nuevos proyectos para corregir errores en multitud de asuntos. El día 13 de agosto de 1910 fallece a la edad de 90 años.

Las enfermeras en su día
Se dice que la enfermería es una profesión tradicionalmente ejercida por mujeres, durante 24 horas diarias los 365 días del año. Según datos estadísticos, más de 11 millones de enfermeras en el mundo brindan cuidados en hospitales y centros de salud rurales, escuelas, lugares de trabajo, hogares, prisiones, zonas de guerra y campos de refugiados y desplazados. Ponen mil millones de inyecciones en todos los continentes, ya que el 80% del total de la atención primaria de salud es dispensado por enfermeras.

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