viernes, 10 de octubre de 2008

En conclusión, el informe de la Comisión evaluadora, en vez de dar argumentos a la Ministra de Educación para defenestrar al Rector Quevedo, le dio bases para dejar que siguiera trabajando hasta que culminara el tiempo por el cual había sido designado, que ocurrió a mediados de 1985.

Me quedan por analizar las otras tres etapas o períodos de la historia de la UNELLEZ, a los que me he referido; es decir a:
La transición
El inicio del declive
El período de intervención,
A ellos voy a referirme brevemente.

Lo que he llamado la transición se inicia en 1985 y culmina el año 1993. Durante estos ocho años ejercieron la Rectoría de la UNELLEZ los profesores Humberto Jiménez y Ricardo Castro. El primero no es bien recordado por buena parte del personal del Vice Rectorado de San Carlos, pues hubo serios enfrentamientos entre él y el vicerrector Francisco Olaizola. Sus divergencias condujeron a la destitución de este último; y a que nos impusieran como Vicerrector a un profesor traído de Barinas, que fue removido al poco tiempo. Posteriormente nombraron al profesor Ángel Velásquez, que formaba parte del personal académico de nuestro Vice Rectorado.

La Gestión del Dr. Castro se inició en 1989, y fue pacífica y conciliadora. En ella se creó un clima organizacional favorable, que permitió trabajar con armonía y motivación, dejando atrás viejos conflictos grupales y algunas rivalidades personales. Uno de los grandes méritos del Rector Castro es el haber preparado el terreno para la elección interna de las autoridades de la UNELLEZ, lo cual se produjo después que el Ministerio de Educación modificara el Reglamento para permitir dicha elección.

A mi juicio, el período de declive de la UNELLEZ se inicia en 1993, con las autoridades que fueron elegidas por la comunidad universitaria ese año, en concordancia con el Reglamento de la UNELLEZ que se había modificado poco antes.

El primer Rector elegido por la comunidad universitaria unellista, fue el profesor Clemente Quintero, en cuya gestión se inició el declive de la Universidad. El nepotismo y el amiguismo, más el sectarismo partidista penetraron seriamente en todos los rincones de la institución; y la parte organizativa y académica fueron deteriorándose progresivamente.

En 1997 se produjo una nueva elección. En esta oportunidad el Rector elegido por la comunidad universitaria fue el profesor Osmán Buitrago. Su gestión fue la continuación de la iniciada por quien le precedió en el Rectorado. La mediocridad y los síntomas de deterioro seguían en aumento, hasta que se produjo la intervención, que es el cuarto período que he mencionado.

Quiero destacar que sería injusto en mis apreciaciones si metiera en un mismo saco lo que he reseñado sobre los tres períodos de la historia de la UNELLEZ a los que me he referido; y lo afirmara por igual para cada uno de los Vice Rectorados.

En algunos casos, las gestiones de los respectivos Vice Rectores se desmarcaron notoriamente del conjunto. Así ocurrió por largos años con el Vice Rectorado de Portuguesa. También sucedió así en nuestro Vice Rectorado durante la gestión del profesor sancarleño Víctor Sánchez Manzano, entre 1997 y 2001, bajo cuya gestión se iniciaron las carreras de educación, se abrió el Núcleo de Tinaquillo y se habilitaron las instalaciones de postgrado en su actual sede de Cantaclaro.

Sin embargo, la tónica de lo que ocurría el año 2001 en el Vice Rectorado de San Carlos, no era la misma en Barinas y en otras partes de la Universidad. Esto motivó que se levantara un expediente administrativo contra el Rector, el Vicerrector de Servicios y la Vice Rectora de Barinas, y que los tres fueran destituidos de sus cargos en junio de 2001.

Es entonces cuando entramos en el período de intervención, que se inicia con el nombramiento del Dr. Solano Calles como Rector de la UNELLEZ. El Dr. Calles procedía de la Universidad Yacambú y su nombramiento fue publicado en la Gaceta Oficial Nº37.218, del 13 de junio de 2001. Desde entonces y hasta la fecha han pasado por el rectorado seis rectores, incluido el actual, Profesor Miguel Ángel Henríquez.

Es difícil evaluar lo que llevamos del período de intervención, y es poco lo que voy a decir al respecto, porque en los actuales momentos se está trabajando en un diagnóstico, que permitirá tener una visión objetiva de lo que está pasando en nuestra Casa de Estudios.

No obstante, no puedo dejar de señalar que tras la intervención, el declive de la UNELLEZ no sólo no se ha detenido sino que se ha acelerado y acentuado. Ello se ha debido principalmente a la improvisación, a las luchas por el poder de quienes aspiraban ser autoridad, y al sectarismo con que la han manejado ciertas las autoridades interventoras.

Algunos de los que más daño le han hecho y le están haciendo a nuestra Casa de Estudios, forman parte de su personal y son o dicen ser revolucionarios. En razón de ello han violado reglamentos y asumido conductas individualistas, sectarias y excluyentes, contrarias al bien de la Institución, y sólo beneficiosas para sus intereses personales y familiares. Otras veces han estado conspirando para desbancar a las autoridades de turno y ocupar sus puestos, en vez de trabajar a su lado con honestidad y disciplina, para relanzar juntos hacia el lugar que le corresponde a la UNIVERSIDAD QUE SIEMBRA.

Muchos de ellos, en vez de ser ejemplo de lo que se quiere cambiar, han sido o son irresponsables y mediocres; y han contribuido con sus acciones u omisiones a crear la mediocridad académica en que se encuentra nuestra Universidad, y a que se incrementaran y agudizaran sus problemas, para hacer que sean más graves y numerosos que antes de la intervención.

Esto no quiere decir que todo lo que se ha hecho en la UNELLEZ desde que se inició la intervención sea negativo. Uno de los hechos más positivos de la Universidad en los últimos años ha sido su apertura hacia la comunidad extra universitaria. Lo ha hecho de manera especial a través de la municipalización; es decir, de la presencia de la Universidad en los municipios, particularmente abriendo carreras. En ese sentido, nuestra Universidad está hoy presente en siete municipios cojedeños; y en muchos otros de los Llanos Occidentales.

Sin embargo, la municipalización ha tenido una alta dosis de improvisación y ha estado acompañada de la masificación, para la que no estaba preparada nuestra Casa de Estudios.

Fruto de ese ingreso masivo de estudiantes, en tan sólo tres o cuatro años, la matrícula estudiantil se triplicó; y el Vice Rectorado de San Carlos pasó de unos tres mil estudiantes a nueve mil, sin tener las condiciones mínimas para atenderlos. Nuestro Vice Rectorado no solo no estaba preparado desde el punto de vista de la infraestructura física, sino que tampoco disponía de personal académico idóneo.

A ello hay que añadir que el diseño de las nuevas carreras que empezaron a ofertarse hubo que rehacerlo varias veces, que algunas de ellas se empezaron a ofertar sin aprobación del CNU; y que el presupuesto para financiar los costos de las nuevas carreras no se incrementó en los mismos porcentajes en que había aumentado la matrícula estudiantil. El presupuesto del año 2008, por ejemplo, es el mismo que el de 2006 y 2007.

Consciente de esta problemática y preocupado por ella, el Ministro del Poder Popular para la Educación Superior, Dr. Luís Acuña, decidió detener esta situación, para enrumbar la Universidad por el camino del que nunca ha debido alejarse.

Para ello el Ministro cambió las autoridades de la UNELLEZ en marzo del presente año, y les asignó una misión y unas tareas muy concretas.

A diferencia de las otras autoridades que han dirigido la Universidad desde su intervención, el actual equipo rectoral tiene un mandato claro, que está fijado en la Gaceta Oficial Nº 38.884, publicada el pasado 05 de marzo.

La tarea asignada a las actuales autoridades de la UNELLEZ consiste en la ejecución de un Plan Diagnóstico de la Universidad, el cual han de desarrollar en un período de dos años, a partir del pasado mes de marzo.

El Plan Diagnóstico tiene dos Etapas. En la primera de ellas se ha de evaluar el estado actual de la UNELLEZ en su totalidad.

En la segunda etapa se ha de trabajar para proponer soluciones a los problemas de la institución, sobre la base de los resultados que se obtengan en la Primera Etapa.

Como resultado final de esta segunda etapa, se ha de elaborar una propuesta para la creación de tres universidades, en los Estados Apure, Cojedes y Portuguesa, si así lo determinan los estudios de la Primera Etapa del Plan Diagnóstico.

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