viernes, 10 de octubre de 2008

Dicho Modelo consta básicamente de tres elementos:

En primer lugar, contempla que la UNELLEZ fuera una universidad Regional. Es decir, que su radio de acción tuviera un marco preciso y bien delimitado. En este caso, la Comisión tenía claro que la región que debía atender la nueva Universidad era los Llanos Occidentales, concretamente los Estados Apure, Barinas, Cojedes y Portuguesa.

Otro de los elementos del MODELO UNELLEZ es el que se refiere a la organización de la Universidad como Sistema Universitario. Dada la extensión inmensa de los Llanos Occidentales, a la Comisión Organizadora no le pareció conveniente que la nueva universidad estuviera concentrada en un solo Estado, por ejemplo Barinas o Portuguesa, pues los demás Estados hubieran quedado marginados con relación al seleccionado como sede de la Universidad.

Es por ello que la Comisión Organizadora propuso que la nueva Casa de Estudios estuviera presente en los cuatro estados llaneros, con cuatro Vice Rectorados de Área; y que el Rectorado funcionara en la ciudad de Barinas. La propuesta permitía hablar de cuatro universidades en una.

En tercer lugar los miembros de la Comisión proponían que la universidad fuera Experimental. Esta característica se refería a la concepción organizativa y filosófica de la educación que debía impartirse en la nueva Casa de Estudios. Aquí hay dos aspectos que es necesario desglosar, aunque están íntimamente unidos.

Por un lado está lo referente a la estructura organizativa académica de la Universidad. En lugar de organizarse en Facultades y Escuelas, como la universidad convencional, la Comisión Organizadora propuso que se organizara por programas, subprogramas, proyectos y subproyectos. Esta nomenclatura era la utilizada en el V Plan de la Nación, que estaba vigente en aquel momento. Para ser coherentes con el esquema metodológico utilizado en dicho Plan, los integrantes de la Comisión Organizadora de la UNELLEZ utilizaron el mismo esquema. Así lo manifestaron en su informe final.

La nueva nomenclatura era más o menos equivalente a la estructura de la universidad tradicional en los siguientes términos: los programas venían a ser similares a las facultades; los subprogramas eran como las escuelas; los proyectos tenían cierta similitud con los departamentos; y los subproyectos correspondían a las asignaturas.

El eje central de las funciones académicas era los proyectos. En torno a ellos debía girar la investigación, la extensión y la docencia de los profesores adscritos a determinado proyecto.

A lo largo de los 33 años de vida de la Universidad, la nomenclatura original se ha mantenido sin variación, aunque ha sido poco comprendida y mucho menos aplicada, ni siquiera en los primeros tiempos de la universidad.

La experimentalidad de la nueva universidad abarcaba también su concepción de la educación, que podía resumirse en dos de los lemas emblemáticos de la UNELLEZ: la universidad que siembra, y aprender haciendo.

Al decir que es la Universidad que siembra se quería significar que estaba orientada hacia el sector agropecuario, y que debía formar profesionales para la producción.

Con la expresión aprender haciendo se quería resaltar que el estudiante aprendiera con la práctica. Para ello, los jóvenes que ingresaban a la UNELLEZ, después de tres semestres de estudios de complementación o nivelación, empezaban la Etapa del Cómo, que tenía como propósito hacer que el estudiante aprendiera de manera práctica y que terminara de definir su vocación antes de entrar en la etapa denominada del Por Qué. Esta tercera etapa tenía una duración de tres semestres; es decir desde el séptimo semestre hasta el final de la carrera.

Este es a grandes rasgos el MODELO UNELLEZ, que aparece en el estudio de factibilidad que presentó la Comisión Organizadora y que, por diferentes razones nunca se ha puesto en práctica de manera plena y coherente en nuestra Universidad.

El primer equipo rectoral fue nombrado el 4 de diciembre de 1975, y estuvo encabezado por el doctor Felipe Gómez Álvarez. Los otros integrantes fueron los ingenieros agrónomos Humberto Jiménez, Israel Tineo Gamboa y Pedro José Urriola; y los economistas Martín Ramírez Blanco y Juan Rivera Galvis.

Después que se designó el equipo rectoral inicial, comenzó el reclutamiento de personal y la planificación de las actividades académicas, así como la construcción de las instalaciones físicas de los Vice Rectorados de Barinas, Guanare y San Carlos. Años más tarde se iniciarían las de San Fernando.

La estructura organizativa de la UNELLEZ, así como sus objetivos, concepción educativa y la organización académica quedaron definidos en el Reglamento de la Universidad, dictado por el Ejecutivo Nacional y publicado en la Gaceta Oficial extraordinaria número 2042, del 24 de mayo de 1.977.

Hasta ahora me he limitado a disertar sobre los antecedentes de la UNELLEZ, añadiendo algunos comentarios a los datos históricos que he ido mencionando. Ahora voy a hablar sobre qué ha pasado en los 33 años de vida de la institución.

Yo dividiría la historia de la UNELLEZ en cuatro períodos, cada uno de ellos con una duración aproximada de ocho años. Esos períodos son:

El gran impulso,
La transición
El inicio del declive
El período de intervención,

1) El gran impulso de la UNELLEZ, tuvo lugar en las dos primeras gestiones rectorales, que fueron, sin lugar a dudas, las más brillantes de toda la historia de nuestra Universidad. La primera estuvo bajo la rectoría del Dr. Felipe Gómez Álvarez, quien fue nombrado rector el 15 de abril de 1977.

El Dr. Gómez Álvarez había formado parte de la Comisión Organizadora y tenía total claridad sobre la Universidad que ella había. Esa claridad lo llevó a aplicar el MODELO UNELLEZ, como lo había visualizado la Comisión Organizadora, y como había quedado asentado en el Informe que había entregado al Consejo Nacional de Universidades en abril de 1975.

Con el fin de dar a conocer el MODELO UNELLEZ, los profesionales que ingresaban para trabajar como profesores, debían participar en actividades de inducción especialmente diseñadas. Dichas actividades contribuyeron a formar equipos de profesores bien motivados, con un alto grado de compromiso con los objetivos de la Universidad y con el MODELO UNELLEZ.

De acuerdo con el Reglamento de la UNELLEZ publicado en 1977, la renovación de autoridades debía producirse cada cuatro años, y correspondía al Ejecutivo Nacional seleccionarlas y nombrarlas. Y así fue. El 19 de mayo de 1981, fue nombrado segundo Rector de la Universidad el Dr. Rafael Isidro Quevedo, que siguió el camino iniciado por su predecesor.

Durante su período rectoral ingresaron al personal académico más profesionales, se incrementó notablemente la matrícula estudiantil, se iniciaron nuevas carreras y se dio un fuerte impulso a la investigación. Fue a partir de la gestión del Dr. Quevedo cuando el nombre UNELLEZ empezó a sentirse cada vez más en los congresos y eventos científicos. El Vice Rectorado de Guanare fue el que más se desatacó en ese sentido.

Sin embargo, en los primeros años de su gestión, el Dr. Quevedo y su equipo de Vice Rectores, empezaron a tomar algunas decisiones que no eran coherentes con el MODELO UNELLEZ. Entre otras cosas, cambiaron la orientación y la ubicación de las Etapas del Cómo y del Por qué, y se crearon las Secretarías Ejecutivas de Investigación y de Extensión.

Estos cambios trajeron un fuerte malestar entre los miembros fundadores de la UNELLEZ que formaban parte de la comunidad universitaria. Las presiones fueron tan fuertes que solicitaron al Ministerio de Educación la remoción del Rector, argumentando que se estaba desviando del MODELO UNELLEZ.

En el fondo, en la solicitud de remoción también había razones político partidistas ocultas. El nombramiento del Dr. Quevedo había sido realizado durante el gobierno del Dr. Luís Herrera Campins, y cuando asumió la presidencia el Dr. Jaime Lusinchi, se pensó que podía cambiarse al Rector de la UNELLEZ, aunque su mandato reglamentario expiraba en 1985.

Así pues, el MODELO UNELLEZ sirvió de pretexto para solicitar a la Ministra de Educación el cambio del Rector Quevedo. Cambiarlo, sin argumentos demostrables, significaba violentar el Reglamento de la Universidad. Por tal motivo, sólo procedería la remoción si se demostraba que había incurrido en hechos que la justificaban.

Fue entonces cuando las autoridades del gobierno nacional decidieron realizar una evaluación de nuestra Casa de Estudios. Para ello, la profesora Ruth Lerner de Almea, que en ese momento se desempeñaba como Ministra de Educación, nombró una Comisión Evaluadora de la UNELLEZ, que estaba presidida por el Dr. César Briceño profesor de la Universidad de los Andes.

Esto ocurría en el año 1984. Quien les habla fue nombrado por la Ministra para integrar la Comisión Evaluadora y tuvo el compromiso y el privilegio de trabajar en ella, de suscribir el Informe Final y de entregarlo a la Ministra en su Despacho.

El análisis del funcionamiento del Modelo UNELLEZ fue uno de los puntos donde más se detuvo la Comisión Evaluadora de la que formé parte. En este asunto es conveniente mencionar el hallazgo de algunos hechos que nadie esperaba, y que vale la pena destacar.

Primer hecho: el MODELO UNELLEZ que había diseñado la Comisión Organizadora de la Universidad y que se había incluido en el Informe que dicha Comisión había entregado al Consejo Nacional de Universidades, no había sido incorporado de manera clara y plena en el Reglamento de la UNELLEZ, aprobado en mayo de 1977. En este Reglamento, por ejemplo, ni siquiera se hacía referencia a los proyectos académicos, como ejes nucleares de la docencia, de la investigación y de la extensión. Tampoco se hablaba en él de los subproyectos, si no de asignaturas.

Segundo hecho: Durante sus cuatro años de gestión, el Rector Gómez Álvarez había dirigido la Universidad de acuerdo con el MODELO UNELLEZ que había diseñado la Comisión Organizadora, pero que no coincidía con lo contemplado en el Reglamento de la UNELLEZ.

Tercer hecho: El Rector Quevedo estaba aplicando el Reglamento de la UNELLEZ, y había creado nuevas estructuras que el mismo Reglamento le permitía crear. Entre ellas, las Secretarías Ejecutivas de Investigación y de Extensión.
En resumen: la Comisión Evaluadora detectó la existencia de tres MODELOS:

1) El MODELO que había aplicado el Rector Gómez Álvarez, que coincidía con el propuesto por la Comisión Organizadora, pero que no estaba incluido de manera integral en el Reglamento de la Universidad y que, por lo tanto, no había sido aprobado.

2) El MODELO que aparecía en el Reglamento de la UNELLEZ, publicado en la Gaceta Oficial Nº 2042 del 19 de mayo de 1977, que coincidía sólo parcialmente con el MODELO UNELLEZ de la Comisión Organizadora.

3) El MODELO que estaba aplicando el Dr. Rafael Isidro Quevedo, que se basaba en el Reglamento de la Universidad, pero con algunas estructuras no contempladas en el Modelo Original.

Lejos de lo que hubieran querido los detractores de Quevedo o los defensores del MODELO UNELLEZ, el Rector no fue removido. En efecto, los resultados de la evaluación demostraban que Quevedo estaba realizando una excelente gestión al frente del Rectorado de la Universidad, que se evidenciaba, entre otros hechos, en un incremento espectacular de la matrícula estudiantil y en un aumento significativo de la investigación.

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