El profesor Gustavo Moncayo, un hombre que ha perseguido escribir una nueva página en la historia de Colombia se ha convertido en “El caminante de la Paz”. Su mensaje ha trascendido el suelo de Santander para llevar por los caminos de Venezuela y Latinoamérica la propuesta de un acuerdo humanitario que abogue por la paz y la no violencia.
En su visita a Cojedes el pasado lunes 7, ofreció una rueda de prensa en la gobernación del estado, luego participó en la ofrenda floral ente el busto de Bolívar y posteriormente, realizó una camina por las calles de San Carlos en compañía de Rafael Alemán, Secretario General de Gobierno, el Tte Coronel Luis Yoyotte Rojas, presidente del IAPEC, representantes de las fuerzas vivas, los consejos comunales y estudiantes de las diversas universidades.
Por la UNELLEZ estuvo el profesor Gerardo Molina, Vicerrector de área, Edwin Vivas, jefe del programa Ciencias del Agro y Mar, además de miembros de la Escuela de Formación Sociopolítica “Cacique Guaicaipuro”.
La caminata culminó en la Universidad Iberoamericana del Deporte en donde se interpretaron los himnos de Venezuela y Colombia.
Fue recibido por el rector de esta casa de estudios profesor Antonio Flores quien le dio la bienvenida e hizo una semblanza del profesor Moncayo. El Secretario General de Gobierno, Rafael Alemán le entregó la Orden Sol de Taguanes en su tercera clase y luego manifestó su apoyo a la acción emprendida a favor de la paz por este hombre de ideales universales.
Prefiero una flor cuando esté vivo y no ramos cuando esté muerto
De esta manera inició su intervención el profesor Gustavo Moncayo “El caminante de la paz”, ayer lunes 7 en el acto celebrado en su apoyo por la Universidad Iberoamericana del Deporte. “Prefiero una flor cuando esté vivo y no ramos cuando esté muerto, prefiero un te quiero cuando esté vivo y no miles de mensajes cuando esté muerto, prefiero una corte de guitarras cuando esté vivo y no toda una noche de rezos cuando esté muerto”.
Estos versos los expresó a los presentes para enfatizar la importancia de manifestar los sentimientos en vida y no cuando la muerte se lleve a los seres queridos. El inmenso dolor ante el secuestro de su hijo Pablo Emilio Moncayo Cabrera, hace 10 años por miembros de la FARC, hizo que este pedagogo, docente e historiador, emprendiera una lucha por la paz en Colombia.
Una iniciativa que pide la liberación de todos aquellos que se encuentran en las selvas colombianas secuestrados sin esperanza de ver años a sus familiares. Su lucha lo llevó a recoger 2 millones de firmas que entregó al presidente Álvaro Uribe, abogando por la no violencia ni el rescate a la fuerza, lo cual en vez de solucionar el problema ha cegado la vida a cientos de sus compatriotas.
A lo largo de su discurso, dio a conocer la realidad de los desplazados y exilados colombianos, de los jóvenes que son impulsados a formar parte del ejército y luego perecen en combate, de los jóvenes que ingresan a las universidades y luego enfilan la lista de desempleados.
Destacó que el problema de Colombia es la guerrilla, los paramilitares, los delincuentes comunes y el gobierno.
Señaló que desde hace un año está encadenado para no olvidar a los secuestrados. Agradeció al presidente Hugo Chávez la iniciativa de apoyar el canje humanitario e indicó que se dirigirá a Caracas para reunirse con el primer mandatario nacional.
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